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¿Incapaz de darle el pecho? 6 problemas de amamantamiento más comunes

No son pocas las madres que manifiestan problemas de amamantamiento, con una mayor incidencia en el primer hijo. El enrojecimiento mamario, la sensibilidad en los pezones, la baja producción de leche y otras dificultades pueden precipitar el abandono de la lactancia materna, situación cada vez más extendida en los países occidentales, según un estudio reciente del Proyecto LAyDI.

La lactancia no tiene por qué ser un vía crucis. Al contrario, las molestias de los primeros días dan paso, generalmente, a una sensación de plenitud, satisfacción y autorrealización durante esta experiencia vital. Sin embargo, las complicaciones persisten en ciertos casos, afectando negativamente al proceso de amamantar.

De la hiperlactancia a la congestión mamaria: 6 problemas de amamantamiento más frecuentes

¿Harta de la lactancia materna? La mastitis, hipogalactia o ingurgitación mamaria pueden estar interfiriendo en la alimentación de tu bebé y ensombreciendo uno de los mejores momentos de la maternidad. De hecho, «la madre que disfruta dando el pecho mejora su autoestima, su salud fisiológica y también su salud mental», citando el estudio Lived experience of breastfeeding de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Porque el conocimiento tranquiliza y mejora la experiencia de la lactancia, es recomendable informarse sobre las dificultades y problemas más comunes durante este proceso:

  1. Dolor y grietas en el pezón
    La aparición de grietas y otros traumatismos en el pezón genera dolor durante la lactancia. Son el resultado de un mal agarre, una succión disfuncional del recién nacido o trastornos como la lengua anclada o anquiloglosia.
    Para prevenirlas estas molestias, se aconseja corregir la posición del lactante, adoptando la postura reclinada o de crianza biológica y otras recomendadas. Las cremas protectoras del pezón ayudan a tratar las grietas y rozaduras. En cualquier caso, se evitará interrumpir la lactancia o recurrir a chupetes durante el primer mes del bebé; de lo contrario, podría inducírsele el síndrome de confusión tetina-pezón.
  2. Congestión de la glándula mamaria
    La ingurgitación o plétora mamaria consiste en la congestión de las glándulas mamarias durante la primera semana de la lactancia. Es un efecto natural del posparto: las mamas se colman de leche y otros fluidos, ocasionando inflamación, hipersensibilidad y dolor en los senos.
    Este problema con la lactancia materna se trata mediante la aplicación de frío local para descongestionar y deshacer el ‘bloqueo’ de las glándulas mamarias. Los masajes previos a la toma también han demostrado ser efectivos, al igual que ciertos antiinflamatorios —si bien hay objeciones a la toma de ibuprofeno en la lactancia.
  3. Hipogalactia
    La baja producción de leche materna o hipogalactia impide suministrar al infante el volumen de alimento que precisa para cubrir sus necesidades nutricionales. Se origina como consecuencia de patologías y complicaciones previas (diabetes, cesárea, etcétera) o de un comienzo tardío de la lactancia después del alumbramiento.
    Este síndrome, clasificable en transitoria y permanente, da como resultado una lactancia materna ineficaz. Afortunadamente, la mayor parte de las madres (95%) disponen de una capacidad innata para producir leche en cantidad suficiente para su bebé. Las afectadas de hipogalactia deben consultar a expertos y asesores en lactancia materna, a fin de recibir un tratamiento personalizado.
  4. Hiperlactancia
    Opuestamente a la hipogalactia, el exceso de producción de leche o hiperlactancia se manifiesta con signos claros: la sensación de tener el pecho lleno, la incomodidad, el goteo continuado, el dolor ocasional y la necesidad de desaturar las mamas con extracciones periódicas (este remedio instintivo coincide, curiosamente, con uno de los tratamientos más recomendados: el reseteo del pecho).
    Respecto a las causas de esta sobreproducción láctea, el mal funcionamiento de las hormonas que intervienen en este proceso (la prolactina y el factor inhibidor de la lactancia) se debe frecuentemente al abuso de los galactogogos y a la succión artificial mediante sacaleches y herramientas similares.
  5. Enrojecimiento mamario
    La mastitis es una de las patologías más recurrentes en madres lactantes. El enrojecimiento, la hinchazón y la sensación de calor son los principales síntomas de esta inflamación del tejido mamario, atribuible a una mala postura o técnica de amamantamiento. Se estima que afecta a 1 de cada 10 lactantes, y no compromete en modo alguno la salud del bebé.
    Además de los problemas de agarre durante la lactancia materna, la mastitis está causada por la modificación repentina de la frecuencia de las tomas, la entrada de las bacterias Staphylococcus aureus a través de las fisuras o la obstrucción de los conductos mamarios.
  6. Obstrucción de los conductos lácteos
    Los conductos galactóforos de los senos pueden obstruirse debido a la acumulación de leche, el uso de prendas y sostenes ajustados o una mala práctica de amamantamiento. Usualmente, afecta a una de las mamas, que muestra un nódulo o ampolla blanca que causa dolor y sensibilidad e impide su correcto drenaje. Su tratamiento consiste en masajear la zona o adoptar nuevas posturas y sujeciones al dar el pecho.


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