Método Estivill: ¿cuáles son sus pros y contras para el bebé?

Pese al avance tecnológico, el sueño infantil continúa siendo un misterio y un quebradero de cabeza para millones de papás y mamás. Hoy existe una extensa literatura al respecto, sin mencionar recursos digitales como Huckleberry y otras apps para bebés. Pero que los recién nacidos se duerman requiere tanto experiencia como saber hacer, y el método Estivill propone un plan de actuación que rompe todos los esquemas.

En 1985, el pediatra Richard Ferber aplicó los principios de la teoría conductista al sueño del bebé, exponiendo una terapia que llevaría su nombre y cuya fama aterrizaría en nuestro país de la mano del neuropediatra catalán Eduard Estivill.

Antes de introducir cambios en la rutina del sueño de los ‘peques’, se recomienda informarse sobre los pros y contras del método Estivill, además de recibir asesoramiento experto en sueño infantil para mayor seguridad.

¿Dejarles llorar? Así funciona la metodología Estivillç

La publicación de Duérmete, niño (2005) dio a conocer entre los lectores españoles una solución poco ortodoxa al llanto y los berrinches nocturnos del recién nacido. Pero ¿en qué consiste el método Estivill y por qué suscita opiniones a favor y en contra?

Lograr que los bebés concilien el sueño por sí mismos, espaciando los periodos de atención a sus lloros y quejas y tranquilizándoles a distancia, sin cogerles en brazos: así funciona la metodología del Dr. Estivill, también llamada de llanto controlado, por razones evidentes.

Sus defensores parten de la siguiente premisa: a partir del quinto o sexto mes de vida, cuando el hambre y otras urgencias fisiológicas dejan de interferir en el sueño, el recién nacido abandona progresivamente los ritmos ultradianos, estando en disposición de calmarse y dormirse nuevamente, sin la intervención de los progenitores.

Aunque los beneficios del método Estivill son innegables, este sistema ha despertado críticas desde su origen. Desatender las llamadas del bebé y dejarle llorar plantea riesgos más o menos evidentes, como el incremento de su nivel de estrés y ansiedad o el deterioro el vínculo materno filial. Además, no es una fórmula infalible para educar el sueño infantil: su tasa de éxito del 95% es discutible para los detractores de Estivill.

Pros y contras del método Estivill que debes conocer

Después de aclarar qué es el método Estivill, estamos en disposición de abordar sus beneficios, siendo la creación de rutinas saludables uno de los más importantes. Esta terapia propone asentar los hábitos previos al sueño que acompañarán al menor durante su primera infancia: el baño antes de acostarse, la lectura de cuentos, etcétera.

Otro argumento a favor del método Estivill es la mejora de la calidad del sueño. A medida que el neonato aprende a dormir por sí mismo, reduce su dependencia externa y le resulta más fácil ajustarse a una rutina a la hora de acostarse. Este sueño autónomo, por así llamarlo, no se consigue de un día para otro, sino que requiere el esfuerzo de ambas partes, padres e hijos —la decisión de dejar llorar es dolorosa y actúa contra los instintos naturales del ser humano.

La metodología Estivill ha sido criticada por su enfoque adultocentrista y por considerar el descanso familiar como una razón de peso para implementar medidas que, en ocasiones, resultan perjudiciales para el bebé.

Según una investigación de la Universidad de Pensilvania en EE.UU., consolar los llantos nocturnos del bebé está relacionado con una menor cantidad de cortisol, la hormona responsable del estrés. Otras voces expertas van más allá y aseguran que desatender esta llamada puede afectar al normal desarrollo del cerebro infantil.

Si llorar es el «lenguaje» universal de los bebés y su única forma de comunicación, ¿por qué hacer oídos sordos? Responder a sus berrinches es casi un acto reflejo para padres y madres porque apela a sus instintos más profundos. En otras palabras, las pautas de Estivill son contranaturales.

La especialista en pediatría, Cintia Borja Herrero, afirma que «es triste que todavía hoy haya padres que dejan llorar desconsoladamente a sus pequeños en su cuna», apoyados en «fórmulas infalibles», citando su artículo publicado en La Razón. «Para lo que sí es eficaz, es para traumatizar a los pequeños», sentencia refiriéndose a la terapia de Eduard Estivill.



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