
28 May ¿Qué tipos de tetinas para biberón existen y cómo elegirlas?
Las tetinas para biberones son grandes aliadas de la lactancia materna. Este accesorio reproduce la forma del pezón de la madre y permite, gracias a un orificio central, que el bebé succione la leche materna o de fórmula. Desde que Elijah Pratt la inventara en 1845, esta pieza de goma ha facilitado la alimentación infantil y contribuido al bienestar y la seguridad durante la edad pediátrica.
Redondas, fisiológicas, de flujo medio, de flujo lento, etcétera: los diferentes tipos de tetinas varían en función de su diseño, material o flujo. Elegir la mejor opción supone un desafío para las mamás primerizas.
Lo recomendable es informarse antes de comprar tetinas para biberón, para así minimizar el riesgo de rechazo y evitar el temido síndrome de confusión tetina-pezón. Además de documentarse sobre la tipología de las tetinas, las nuevas mamás acertarán al consultar a asesoras en lactancia materna.
¿Qué tipos de tetinas para biberón se comercializan en el mercado?
Tipos de tetinas según el material
- De silicona: las tetinas fabricadas con dicho polímero son neutras en olor y sabor y destacan por sus cualidades hipoalergénicas. Poseen una resistencia elevada a la temperatura, la tracción y los mordiscos, si bien pueden deteriorarse como resultado de estos.
- De látex: más natural que la de silicona, esta clase de tetina para biberones presenta un tacto blando, elástico y suave, más cercano al pezón materno que otros diseños. Por contra, muestra una mayor vulnerabilidad a la saliva, la exposición solar o las altas temperaturas.
Tipos de tetinas según la forma
- Redondas o de gota: las tetinas así diseñadas garantizan una óptima sujeción en la boca del neonato y ayudan a gestionar las crisis de la lactancia relacionadas con el biberón. Su forma redonda y pronunciada no convence a todos, no obstante; una parte de la comunidad pediátrica aconseja otras opciones más ergonómicas.
- Fisiológicas: este tipo de tetina para biberones imita con fidelidad la morfología del pezón. Se distingue por su forma alargada, simétrica y ligeramente plana. Está indicada para mejorar la transición del pecho al biberón.
- Anatómicas: a diferencia de la tetina fisiológica, se adapta mejor a la cavidad oral del infante gracias al plano que presenta en uno de sus extremos. Los expertos en pediatría y lactancia la recomiendan para prevenir malformaciones en los dientes.
- Ortodónticas: estas tetinas están pensadas para recién nacidos con riesgo de maloclusión y otras irregularidades dentales. El uso de este tipo de tetinas para bebés facilita los movimientos de la lengua, y su adaptación a la boca del usuario es máxima. Estrechamente relacionados con ellos están los chupetes ortodónticos, utilizados para neutralizar el hábito de chuparse el pulgar.
Tipos de tetinas según el flujo
- De flujo rápido: las tetinas con esta característica ofrecen un mayor caudal, necesario para saciar el apetito de bebés creciditos, de seis a doce meses de edad.
- De flujo medio: cuando el bebé no consume todavía papillas y otros sólidos pero succiona con una cierta fuerza y control, esta clase de tetinas le permite alimentarse más rápidamente. Son un punto intermedio entre las tetinas de flujo rápido y de flujo lento, indicadas para neonatos de tres a seis meses.
- De flujo lento: estas tetinas se destinan a recién nacidos y bebés prematuros, que succionan en cantidades mínimas debido a su menor fuerza y escaso tamaño de su cavidad oral. También reducen el riesgo de atragantamiento, gases y cólicos.
Equivocar la elección de la tetina está en el origen de varios problemas de amamantamiento más comunes. Todos sus elementos se diseñan a conciencia para satisfacer las necesidades alimenticias del niño en cada una de sus etapas. Es preferible desechar la tetina en caso de ser incompatible con la edad o condición del bebé. Por ejemplo, manipular el orificio de este accesorio cuando se requiere un mayor flujo es un error, pues ensancharlo demasiado podría causar la asfixia del pequeño.
Sin importar el tipo de tetina de biberón, deberá reemplazarse cada cinco o seis semanas aprox. En especial, se desechará cuando muestre signos de rotura, se decolore visiblemente o sea incapaz de recuperar su forma original o de retener el líquido cuando el bebé interrumpa la succión. Alargar su vida útil en exceso afectará al bienestar del neonato.