
29 May Los objetos de apego, aliados del desarrollo emocional del bebé
¿Sabías que 7 de cada 10 niños occidentales utiliza peluches, mantas y otros objetos de apego? Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado por pediatras y psicoanalistas desde mediados del siglo XX, por sus beneficios para el desarrollo infantil. Sin embargo, algunos progenitores no ven con buenos ojos que su hijo se encariñe demasiado con ositos inanimados. ¿No sería preferible romper este vínculo cuanto antes? ¡La respuesta es un no rotundo!
Los objetos de apego para bebés o doudous desempeñan numerosas funciones durante la primera infancia: alivian la ansiedad de la separación, ofrecen consuelo en momentos de tristeza o minimizan el riesgo de sufrir despertares nocturnos, entre otros efectos positivos.
¿Qué son los objetos de apego?
Los objetos de apego o transicionales son aquellos que el bebé elige arbitrariamente, por la seguridad, la confianza y/o el contacto físico que le proporcionan en momentos difíciles, en especial cuando sus figuras primarias (madre, padre u otros familiares) permanecen ausentes. Por este motivo, duermen con ellos y los transportan allí donde van, como un salvavidas emocional.
El uso de objetos de apego en los niños (peluches, mantas, juguetes, etcétera) comienza durante el primer año, generalmente hacia el octavo mes. Unas veces se adopta antes y otras tarda hasta el segundo año del infante.
Para comprender qué es un peluche de apego, no es indispensable enfrascarse en libros de psicología infantil. Pero nunca está de más saber que los objetos transicionales forman parte de la teoría del apego, que defiende la necesidad del ser humano de establecer vínculos con otros. Los últimos estudios atribuyen grandes beneficios a la crianza con apego durante las primeras etapas de crecimiento.
5 beneficios de los objetos de apego para bebés
Mejora el desarrollo emocional
Los peluches de apego para bebés son mucho más que un sustituto inorgánico de la madre o el padre. Estos objetos cumplen un papel clave en el desarrollo emocional del pequeño, pues incentivan su capacidad para expresarse y establecer vínculos afectivos. Por tanto, que los menores creen lazos de amistad y dependencia con una manta o un peluche en particular es positivo. De hecho, este amigo de trapo, por así decirlo, les ayudan a madurar.
Considerando sus efectos benéficos, es comprensible que los psicólogos infantiles planteen estrategias para introducir este tipo de objetos en la «vida» del bebé.
Calman y favorecen el sueño
Cuando llega la hora de acostarse, vienen los lloros y pataletas. La separación de los padres al dormir puede ser traumática a edad temprana. Los objetos transicionales brindan apoyo en estos momentos, favoreciendo la relajación del niño y ofreciéndole el confort necesario para conciliar el sueño. Estos objetos también combaten los terrores nocturnos en bebés y otros problemas relacionados.
Naturalmente, los muñecos de apego para dormir no hacen magia. Deben complementarse con pautas de sueño saludable y otras medidas, que los especialistas en coach de sueño infantil enseñan a padres sin experiencia.
Incrementan la autonomía
«¿Qué pasa si mi bebé no tiene objeto de apego?» Esta consulta tan frecuente en pediatría tiene fácil respuesta: una consecuencia negativa de la falta de peluches o juguetes transicionales es la pérdida de autonomía. En compañía de este «amigo» del alma, el niño muestra una mayor seguridad e independencia, lo que favorece sus interacciones sociales y la exploración del mundo que les rodea.
Enfrentarse a nuevas experiencias no es fácil para el bebé. Los muñecos de apego les ayudan a dar ese pasito adelante. Aunque parezca ilógico, la dependencia hacia este objeto les permite construir su independencia futura.
Brindan seguridad
Otro de los beneficios de los muñecos de apego es su capacidad para reconfortar y tranquilizar al pequeño en momentos de tensión. Cualquier separación temporal de las figuras paternas, por breve que sea, genera malestar y sufrimiento en el menor. Es un trauma que no podemos evitar, pero sí mitigar fomentando el uso de ositos, mantas y demás herramientas transicionales. Estos objetos «enseñan» al bebé a sobrellevar la ausencia paternal y a recuperar la calma.
Fomenta las habilidades sociales
Los doudous pueden incentivar las habilidades sociales del menor. Que este desarrolle una relación de amistad con su objeto de apego, poniéndole nombre y conversando activamente con él, es perfectamente natural. Son herramientas útiles para estimular el lenguaje, la empatía y los sentidos del bebé.