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Cómo gestionar las crisis de lactancia: claves para no rendirse

La lactancia materna constituye una de las experiencias más significativas en la etapa inicial de la maternidad. Si bien ofrece innumerables beneficios tanto para la madre como para el lactante, también puede presentar retos importantes, especialmente durante las denominadas crisis de lactancia. Identificar estos momentos y saber cómo abordarlos de manera adecuada es fundamental para mantener la confianza en el proceso y garantizar una lactancia exitosa y sostenida.

¿Qué son las crisis de lactancia?

Se conoce como crisis de lactancia a una serie de etapas transitorias en las que se producen cambios en la conducta del lactante y en la dinámica de las tomas. Estos periodos suelen coincidir con picos de crecimiento o con avances en el desarrollo neurológico, lo que lleva al bebé a demandar el pecho con mayor frecuencia, mostrar irritabilidad o incluso rechazarlo temporalmente.

Las crisis más frecuentes suelen producirse en torno a:

  • Los 15 a 20 días de vida
  • Las 6 a 7 semanas
  • Los 3 meses
  • Los 6 meses

A pesar de su impacto emocional, estas crisis son completamente normales y forman parte del ajuste natural entre la demanda del lactante y la producción de leche materna.

A continuación de damos unas claves para gestionar eficazmente las crisis de lactancia

  1. Educación y prevención
    Una madre informada está mejor preparada para afrontar los desafíos. Conocer la existencia de estas crisis y comprender sus causas biológicas permite anticiparse y reducir la ansiedad cuando se presentan.
  2. Confianza en el proceso fisiológico
    La producción de leche responde directamente a la demanda del bebé. Durante las crisis, el aumento de las tomas es una estrategia del lactante para incrementar el suministro. No indica una insuficiencia materna, sino una adaptación del sistema.
  3. Evitar suplementaciones innecesarias
    En ausencia de signos clínicos de desnutrición (pérdida de peso significativa, escasa producción de orina, letargo), no se recomienda ofrecer suplementos artificiales. Estos pueden interferir con la lactancia y dificultar la autorregulación de la producción láctea.
  4. Apoyo profesional y emocional
    Contar con el acompañamiento de profesionales capacitados en lactancia materna (asesoras, matronas, consultoras IBCLC) es clave para resolver dudas, corregir posibles
    dificultades técnicas (como un mal agarre) y mantener la motivación. El apoyo de la pareja y el entorno también resulta crucial.
  5. Cuidado integral de la madre
    La lactancia exige un esfuerzo físico y emocional considerable. Es esencial que la madre cuente con tiempo para descansar, alimentarse adecuadamente y recibir apoyo en otras áreas del cuidado del hogar o de la familia.
  6. Recordar que es una fase transitoria
    Todas las crisis de lactancia tienen una duración limitada. Con paciencia, comprensión y apoyo, la mayoría se resuelven en pocos días, reforzando el vínculo madre-bebé y fortaleciendo la confianza de la madre en su capacidad de amamantar.


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